martes, 15 de julio de 2008

Licán Ray (Resumen Leyenda de Cautín)
A la orilla norte del Lago Calafquén, vivía un cacique que tenía una hija llamada Licán Ray, orgullo de la comunidad por su belleza. Había llegado a los quince años y ya tenía muchos pretendientes. Pero su padre los rechazaba a todos, ya que encontraba pobres, los precios ofrecidos por ella. En esa época bajaban los españoles por el río en busca de plata y oro, construían fuertes cerca de las minas para defenderse si venían los indios a maloquear. Licán Ray, acostumbraba a bañarse todas las mañanas en el lago. Un día la sorprendió un capitán español, cuando ella salía de las aguas; semejaba una aparición brillante y coloreada con los primeros rayos del sol. El español se acercó y la muchacha, asustada, quiso huir, pero él le hizo comprender, con las pocas palabras mapuches que sabía, que no intentaba hacerle daño alguno, sino que había llegado ahí atraído por la belleza del paisaje. Para entenderse mejor, trataron mutuamente de enseñarse sus respectivos idiomas y siguieron viéndose todas las mañanas hasta que se dieron cuenta que estaban enamorados.
Mientras tanto, el padre de la joven, ignorante de este idilio, había recibido de un cacique, la promesa de una gran dote por su hija y decidió casarla. Un día le comunicó que su boda se efectuaría en la próxima luna llena. La muchacha fue a reunirse con su enamorado y éste le prometió que esa noche huirían. Licán Ray, le advirtió que si eran descubiertos, les esperaba una muerte horrible a los dos. Pero el amor de los enamorados era más fuerte, que el temor a la muerte y decidieron escapar juntos. A orillas del lago se juntaron al anochecer y en una canoa llegaron muy silenciosamente, a una de las islas que parecía engalanada especialmente para su primera noche de amor. Los canelos brillaban como plata a la luz de la luna y sus flores blancas, se balanceaban tenuemente; al fondo el volcán lanzaba fogonazos, que iluminaban por segundos todos el contorno. Los enamorados estuvieron dos días sin encender fuego, hasta que por el intenso frío, al tercer día, prendieron una fogata. Los mapuches los habían buscado por los bosques vecinos; pero al ver el humo en la isla decidieron ir allá. La pareja, temiendo ser descubierta, se había ido a otra de las islas y así recorrieron las siete islas de Calafquén. La leyenda dice, que desaparecieron por el río y, posiblemente llegaron al mar. En las noches de luna llena, los indígenas, dicen ver una pareja de enamorados que huyen en una canoa.

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